lunes, 12 de marzo de 2012

PRÓLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN

PRÓLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN

Veinte años después de que fueran violentamente separados, Sara y Simón aún no han podido recuperarse mutuamente. Muchos han tendido puentes, tejido sutiles lazos, ofrecido el hombro para acercarlos. Pero algunos han puesto piedras en el camino del reencuentro. Unos cuantos han preferido mirar hacia otro lado, fingir que esto nunca ha sucedido o escudarse detrás de la impotencia individual. Otros, quizás, piensen que esto no es asunto suyo.
La realidad es, sin embargo, que hoy, en el Uruguay de 1996 se sigue desarrollando el último capítulo de aquella guerra sucia. Ninguno de los asesinos pasará un solo segundo en la cárcel. Los torturadores han sido protegidos. Pero los secuestradores de niños los siguen robando cada día que cae del calendario sin que hayan sido devueltos a sus familias; su acto prolonga indefinidamente el dolor de las víctimas. Trece niños uruguayos desaparecieron en 1976 en Argentina. Sólo seis fueron encontrados. Sara es la única madre que sobrevivió a un secuestro y que todavía no pudo recuperar a su hijo. Simón es el único de aquellos niños que tiene la oportunidad de conocer a su madre.
Esta no es la historia sobre Sara, es la historia de Sara. Casi todos los episodios que se relatan están mirados con sus ojos, escuchados con sus oídos, sentidos con su
corazón. Suyos son los gritos y los silencios. No hay neutralidad en el punto de vista, sino compromiso declarado. No hay búsqueda progresiva de una esquiva verdad. Es simplemente la historia de una madre buscando a su hijo. Esa es la verdad.